“A la vida no se viene a sufrir”, ni a la Metafísica tampoco. Esto no se dice porque sea una frase bonita, ni por expresar una utopía. No se sufre por culpa del gobierno, la pareja, la mala suerte, el mal de ojo o una brujería; sino por ignorancia. Se padece por no vivir de acuerdo al estado de Consciencia del “Cristo Interno”, que todo el mundo lleva dentro de sí; por ignorar los “Siete Aspectos de Dios” y los Siete Principios Universales. Sobre todo se sufre por usar mal el Principio de Mentalismo, de Causa y Efecto y otras leyes. Si a la existencia no se ha venido a sufrir, se ha venido a disfrutar del “Placer de la Vida”.